La de hoy será una noche especial para Lucas Pusineri y su cuerpo técnico, ya que se cumple un año del primer partido al frente del “decano” (1-1 con Defensa en Florencio Varela). En estos 12 meses Atlético pasó de pelear el descenso a competir por un título, se quedó en la puerta de una clasificación internacional y ahora tiene un presente irregular. Al la vez, el DT pasó de vivir en un hotel a instalarse con toda su familia en Yerba Buena. Pusineri habló con LA GACETA de su balance sobre este tiempo en el “decano”, al que dirigió 44 partidos, de los que ganó 15, empató 18 y perdió 11.

- ¿Cuál es la evaluación?

- Destaco el año de trabajo, hoy en el fútbol argentino no es fácil. Eso habla de que las cosas fueron buenas. Cuando firmamos el 12 de abril del año pasado el contexto era desfavorable, una situación casi de descenso y un equipo que de los últimos 18 partidos solamente había ganado uno. Fuimos de menor a mayor, consolidando una idea. En la pretemporada de Salta empezamos a cambiar algunas cosas.

- ¿Qué pasó para que el equipo se acomodara?

-Las cinco incorporaciones se acoplaron bien al plantel y consolidamos una idea. Buscamos hacer de Atlético algo distinto de lo que venía pasando históricamente. Jugadores con características ofensivas, proponiendo actuar de local y de visitante de la misma manera. En esa construcción de identidad el equipo se soltó, mostró buen juego y consiguió resultados. Se les plantó a rivales poderosos y le fue bien. El balance es bueno más allá de cómo terminamos el torneo.

- ¿El año resultó positivo?

- En líneas generales me animo a decir que fue muy bueno, Atlético tuvo un crecimiento desde lo económico también, vendimos jugadores a un club importante de México (Augusto Lotti y Ramiro Carrera) y a Manuel Capasso a un fútbol competitivo como es el de Brasil. Paralelamente a ese trabajo fuimos preparando a los juveniles como Nicolás Romero y Moisés Brandán, chicos del club que hoy están jugando en Primera. Ahora vamos por Lucas Naranjo y acompañamos en su crecimiento a Ignacio Maestro Puch, como así también a muchos otros. Hoy Atlético tiene un recurso genuino, patrimonio de las inferiores, A eso hay que cuidarlo; nosotros le damos ese mimo para que el club siga creciendo.

- ¿Hubo aspectos negativos?

- Lógicamente. En los ciclos siempre hay cosas positivas y negativas. Nosotros soñamos con el campeonato y no se dio. Ese partido que perdimos con Racing fue clave, nos terminamos quedando sin nada en la recta final. Ahí está el sabor amargo, no se pudo. Pero en la balanza hay muchas más cosas buenas, por el contexto en el que llegamos.

- ¿Qué te motiva a continuar en Atlético?

- Seguir creciendo en el aprendizaje de la vida. Esto (mudarse a Tucumán) es una decisión familiar, estamos muy bien en la provincia. Trabajo en un club prolijo, donde la gente empuja. Sueño con posibilidades lindas que se pueden dar, que el club siga creciendo y que se pueda ver una pelea en el campeonato. Ahora estamos lejos, pero todo está muy parejo, tengo la ilusión de enderezar lo deportivo. Las formas que mostramos fueron buenas, quizás no los resultados definitorios. Tengo ganas de que podamos crecer como equipo para lograr un resultado mejor y meternos en alguna copa, es el anhelo de todos.

- ¿Cómo te gustaría que te recuerden los hinchas?

- Como una persona honesta que hizo bien su trabajo, que con aciertos y desaciertos siempre buscó lo mejor para la institución. Que los hinchas se acuerden de que defendemos al escudo de Atlético con mucha dignidad. La provincia me abrió las puertas y me brinda mucho afecto. Que me recuerden como un buen profesional y buena gente, a mí y al cuerpo técnico. Creo que dejamos muchas cosas por Atlético, para que al club le vaya bien.

- ¿Qué partido fue el que más contento te dejó?

- No sé si hubo un partido que me haya dado más satisfacción. Tuvimos una remontada linda, obviamente que los que ganamos son los mejores, pero me quedo con los partidos que ganamos de visitante, por lo que significa para los equipos del interior. No hubo un resultado épico, dimos vuelta aquel partido con Lanús.

- ¿El que más dolió?

- Con Defensa. Ahí se decretó que no pudiéramos lograr el objetivo de clasificar a la copa. Sabíamos que era difícil, jugamos seis partidos en 15 días y fue complicado con un plantel más corto que el resto. En definitiva es esa derrota, porque no nos dejó saborear una copa internacional.

- ¿Y el momento más triste?

- Lo más complicado fue el fallecimiento de Andrés Balanta, los futbolistas también lo sintieron, fue un momento de mucha tristeza por la vida que se perdió y por cómo se dio todo.

-¿ Por qué viviste en el hotel el año pasado?

- Los técnicos anteriores no habían durado mucho tiempo antes, yo estaba solo, no quería traer a los chicos a mitad de año. Estábamos muy enfocados en sacar resultados y poder trabajar. Fue durísimo vivir ocho meses en el hotel. Ahora la contención familiar es diferente. Fue una experiencia que creo que no volvería a vivir, no la pasé mal pero me desconecté mucho. Hay que aprender de los momentos que te regala la vida y en ese momento fue eso.

-¿Y qué hacés en tu tiempo libre?

- En general somos de tomar café en distintos lugares, ya que nos gusta disfrutar con la beba o los nenes en los tiempos libres que tenemos por la tarde. A veces también salimos a andar en bicicleta cerca de mi casa o a comer asado a la casa de algún amigo en Raco cuando se da la posibilidad.

- ¿Cuál es tu comida favorita en Tucumán?

-Uy, qué difícil. Son varias (risas). La humita, las empanadas, pero sobre todo creo que elegimos el sanguche de milanesa. Son un espectáculo.

CORAZON DECANO

Hubo variantes en la delegación “decana”

El plantel está concentrado desde ayer al mediodía en el hotel Sheraton, con el agregado de Guillermo Acosta e Ignacio Maestro Puch en relación al partido con Estudiantes. Quedó afuera Kevin Isa Luna y son 24 los convocados.

Russo no subestima al “decano”

Al pisar suelo tucumano, el técnico Miguel Ángel Russo -uno de los últimos en abordar el ómnibus que trasladó al plantel hotel Hilton- (foto de la izquierda) se refirió al encuentro de esta noche en el Monumental. “Respeto a todo el mundo, siempre. Hay que venir y jugar, nada más”, comentó el DT en un breve diálogo con LA GACETA. Además, se refirió a la posibilidad de ganar para acercarse a los dos de arriba: River y San Lorenzo. “Es muy pronto. Recién empieza el torneo”, sentenció.

Se fue con una sonrisa enorme

En una de las entradas al aeropuerto se encontraba el hincha Tomás Sosa (foto del medio), de 23 años. Lucía la camiseta alternativa de Rosario Central y portaba un fibrón para que los jugadores le dejaran firmado algún recuerdo imborrable. “Lo sigo a Central desde 2012. Es lindo venir a verlo porque no siempre llega a Tucumán. Tengo a mi familia que es toda de Atlético y siempre nos peleamos. Con un empate te puedo decir que es la única posibilidad de una buena convivencia”, bromeó. “Tengo de ídolos a Marco Ruben, a Walter Montoya y a “Fatura” Broun”, explicó el hincha, que aprovechó la ocasión para sacarse fotos con todo el plantel.

Un amor que creció con el tiempo

Mientras el ayudante de campo Claudio Úbeda esperaba a Miguel Russo al lado del ómnibus, el fanático Néstor Correa, de 28 años, y su hermana Valentina se acercaron para pedirle amablemente unas fotos (a la derecha). “Es la primera vez que los veo de cerca a los jugadores. Siempre fue por la tele y es una alegría enorme tenerlos aquí. Había unos jugadores de la Reserva que eran amigos míos y gracias a ellos empecé a simpatizar”, indicó Correa.

Sin tiempo que perder

La llegada del plantel rosarino a la provincia estaba estipulada para las 17.45, pero lo hizo unos minutos después. Eso provocó el apuro de los jugadores y el cuerpo técnico, que querían trasladarse cuanto antes al hotel Hilton para cenar y posteriormente descansar. “Maestro, ¿cuánto tenemos hasta el hotel?”, fue la consulta de Úbeda, a uno de los policías. “Vamos rápido, que llegamos tarde a todos lados”, agregó Russo.

Un traslado diferente

Debido al poco espacio en el ómnibus, un grupo de utileros le consultó a la Policía si podían llevarlos hasta el hotel. Esto provocó risas y bromas en la delegación. “Yo sabía que vos ibas a terminar ahí”, bromearon algunos integrantes.

Servio, el gran ausente de Central

El plantel rosarino aterrizó en Tucumán sin el arquero Gaspar Servio, recordado por los hinchas “decanos” tras un cruce con Ramiro Carrera en 2022. Según indicaron integrantes de la delegación, el ex Dorados de México no viajó debido a una deuda, correspondiente al año pasado. Si bien Central ya le abonó el dinero, el futbolista había avisado en la semana que no iba a seguir en la institución. Como suplente de Jorge Broun estará el juvenil Valentino Quintero, de 20 años.